Una joven que, sin saberlo, está en posesión de una legendaria "cinta maldita" lleva una colección de cintas de vídeo antiguas a una tienda de vídeos. Ella y el dueño de la tienda vuelven a despertar su maldición, lo que lleva a la liberación de una serie de villanos cinematográficos.

El arquitecto Frank se despierta de la inconsciencia: ensangrentado y apretado en un retrete portátil, se encuentra encerrado y atrincherado. Frank rápidamente comienza a darse cuenta de que tiene que encontrar una salida si quiere sobrevivir la próxima hora. No será un paseo por el parque.