Cansada de sentirse deprimida por su peso, Simi, de 15 años y de talla grande, se dirige a la casa de su tía Claudia para el fin de semana de Pascua. Claudia es una nutricionista popular que ha escrito libros de salud de gran éxito de ventas, por lo que para Simi, pasar unos días juntos podría ayudar a cambiar su dieta e inspirar la pérdida de peso. Sin embargo, lo que debería haber sido un buen fin de semana de vacaciones con la familia, rápidamente se revela como todo lo contrario. El primo de Simi, Filipp, es curiosamente hostil hacia ella, mientras que el padrastro de Filipp, Stefan, es curiosamente lo contrario hacia Simi, mientras que la guía dietética de Claudia tiende a volverse demasiado militante. ¿Qué está causando que todos actúen de manera tan extraña y agresiva? Las respuestas son incluso peores que las peores pesadillas de Simi.

Después de la muerte de su esposa por un trastorno alimentario debilitante, Jed cae en un estado severo de depresión y se convence a sí mismo de que la muerte es la única expiación por su negligencia. Muy pronto, se encuentra en la casa de un caníbal trastornado que lo convence de morir de la manera más horrible que se pueda imaginar. Cerca de la muerte y atrapado, Jed no tarda mucho en darse cuenta de que ha cometido un gran error.

Manuel (Zorion Eguileor) tiene que mudarse a la casa de su hijo Mario (Gustavo Salmerón) y la familia de éste después de que un terrible suceso acabe con la vida de su anciana mujer. Poco a poco, la realidad se impone: algo incomprensible ocurre con Manuel. Las voces que dice escuchar, las presencias con las que dice hablar. Lena (Irene Anula), la mujer de Mario, quiere echarle de la casa: está segura de que algo espantoso puede ocurrir. Solo Naia (Paula Gallego), la hija adolescente, está de su parte, pero incluso ella empieza a dudar a medida que los fenómenos extraños se suceden en torno a su abuelo, cada vez más perturbado. Es el verano más caluroso de la historia, ha empezado una cuenta atrás y ya es demasiado tarde para pararla.

Megalomaniac cuestiona la línea invisible entre víctima y verdugo, una historia sobre el peso del patriarcado y la ilusión del maniqueísmo, una historia espantosa que evoca al fantasma de uno de los criminales belgas más terroríficos, el descuartizador de Mons, un monstruo anónimo que actuó en los años 90 y nunca fue identificado. ¿Su sello? La predilección por mujeres solas y frágiles, descuartizadas en pedazos en bolsas de basura abandonadas junto a la carretera.